La bronquiolitis es sin duda uno de los fantasmas de la Navidad para los padres de niños en sus primeros años. Los papás acuden a su pediatra en estos días de frío con su niño acatarrado, con mocos y toses, y con el temor de que el catarro haya “bajado al pecho”.
Sí, el temor está justificado, ya que se trata de una enfermedad de alta incidencia en estas fechas y la causa más importante de ingreso hospitalario en los niños menores de dos años.
Bronquiolitis es como denominamos a la inflamación de los bronquiolos, que ocurre típicamente como complicación de un catarro en los primeros años de vida (normalmente en el primero).
Los bronquiolos son la continuación de los bronquios, y por ellos circula el bronqaire que respiramos para poder intercambiar el oxígeno por el dióxido de carbono. En la bronquiolitis estos conductos se inflaman y se llenan de moco, por lo que la llegada del oxígeno se ve entorpecida y el niño tiene que esforzarse más por respirar.
Aun así, la mayoría de los niños que se acatarran no pasan de ahí y no llegan a desarrollar una bronquiolitis, pero claro está, los padres se llenan de preguntas:
¿Cómo puedo notar si el catarro ha ido a más?
Hay signos que pueden diferenciar un catarro de una bronquiolitis, como por ejemplo la dificultad para respirar. Cuando vemos que nuestro hijo respira con dificultad, de forma rápida y jadeante, o que se le marcan las costillas al respirar, es probable que el catarro con el que empezó haya evolucionado y ahora afecte a las vías respiratorias inferiores, los bronquios y bronquiolos.
Si a nuestro niño le está costando respirar, aumentará el esfuerzo que hace para ello y dejará de lado otras actividades. Es por esto que podemos encontrarlo menos activo y que coma menos. El comer y el jugar pasan a un segundo lugar.
¿Es grave?
La mayoría no, la bronquiolitis es una enfermedad producida por un virus (principalmente por el VRS, virus respiratorio sincitial) y la evolución normal de la enfermedad es a curarse sola.
Deberemos tener especial precaución en los más pequeños, ya que en los primeros dos meses hay mayor riesgo de complicaciones por esta enfermedad y es muy probable que tengan que ser ingresados.indice
La bronquiolitis tiene varios escalones de gravedad que vienen establecidos en función de lo que le cueste respirar al niño, de la frecuencia cardíaca y respiratoria o de los niveles de oxígeno en sangre entre otros. Cuando catalogamos la enfermedad como leve, el tratamiento se puede hacer en casa, pero cuando la enfermedad se clasifica como moderada o grave puede requerir ingreso en el hospital.
¿Se puede prevenir?
Las infecciones respiratorias causadas por virus son de fácil contagio y la bronquiolitis no es una excepción. Se trata de una enfermedad más frecuente en los niños que acuden a guardería y en aquellos que presentan alguna enfermedad que les hace más susceptibles a problemas respiratorios. Para estos últimos, aquéllos que tienen mayores dificultades (niños que han nacido de forma muy prematura, con problemas pulmonares o de corazón), se dispone de una medicación que ayuda a prevenir la bronquiolitis.
¿Cómo se puede tratar?
Como señalábamos anteriormente, se trata de una enfermedad producida por un virus que tiende a curarse sola, no disponemos de ningún antibiótico eficaz para curarla y el tratamiento que realizaremos irá encaminado a aliviar los síntomas y a aumentar las comodidades de nuestro pequeño. Para conseguirlo podemos recurrir a lo siguiente:
- Fraccionar las comidas. Si a nuestro pequeño le cuesta comer, le ofreceremos más veces la comida, pero en menor cantiad, así conseguiremos que coma más o menos la misma cantidad pero con menos esfuerzo.
- Lavados nasales con suero fisiológico. En caso de que tenga mucosidad que le dificulte respirar, un lavado nasal le va a ayudar a despejar las vías respiratorias.
- Incorporar la cabecera de la cuna. Modificando su postura favoreceremos la respiración.
- Evitar irritantes como el tabaco (la motivación extra que necesitaban los papás fumadores para abandonar definitivamente el tabaco).
- Medicación. En algunos casos, el pediatra puede indicar medicaciimageón inhalada que se administrará en casa mediante una cámara espaciadora.
¿Le volverá a pasar?
Los niños que padecen bronquiolitis son más susceptibles a presentar crisis asmáticas secundarias a procesos catarrales en los meses fríos, aunque la mayoría mejorará con el tiempo, conforme vayan haciéndose mayores las crisis asmáticas irán a menos.
La bronquiolitis es motivo de preocupación en esta época del año en los padres con niños pequeños, aunque no debemos olvidar que la mayoría de veces lo que parece un catarro es un catarro. Que un catarro no nos impida disfrutar de estas fiestas.
Francisco J. Canals.
Pediatra.